Comer a altas horas de la noche relacionado con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes


comer de noche


Según una reciente investigación del Instituto Biomédico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comer a altas horas de la noche estaría relacionado con un mayor riesgo de diabetes y enfermedades cardíacas. Dicho estudio, llamado "El núcleo supraquiasmático impulsa las variaciones día-noche en la captación de triglicéridos posprandiales en el músculo esquelético y el tejido adiposo marrón", fue publicado recientemente en la revista “Experimental Physiology”.

Ya sea para las personas que trabajan por las noches, quienes se quedan hasta altas horas de la madrugada en alguna actividad o aquellos que se levantan de madrugada a “picar algo”, este estudio sugiere que nuestro reloj biológico de 24 horas y sus ritmos circadianos podrían hacer que la ingesta nocturna de alimentos sea  perniciosa debido a un aumento mucho mayor en los triglicéridos, que la ingestión de la misma comida en otro momento del día.


Ritmos circadianos y triglicéridos

El metabolismo de la energía corporal sigue un patrón (día-noche) que es impulsado principalmente por el núcleo supraquiasmático (NSQ)  ubicado en el hipotálamo del cerebro, dicho metabolismo se ralentiza después de la puesta del sol.
Esta investigación ha demostrado que el NSQ tiene un papel principal en las variaciones diurnas y nocturnas de los triglicéridos plasmáticos al promover la captación de los mismos en el músculo esquelético y en el tejido adiposo marrón (también llamado “grasa parda”). En consecuencia, la alteración del reloj biológico podría ser un importante factor de riesgo que contribuye al desarrollo de hiperlipidemia, una concentración anormalmente alta de grasas o lípidos en la sangre.

Si bien este estudio fue hecho en ratas de laboratorio, existe una creciente evidencia epidemiológica de que las personas que trabajan en el turno de la noche aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Los científicos de la UNAM plantean la hipótesis de que la hiperlipidemia posprandial (concentración anormalmente alta de grasas o lípidos en la sangre después de una comida) basada en las variaciones día-noche de los triglicéridos posprandiales, puede ser un factor importante que contribuya a este fenómeno.

Muchos otros estudios han advertido que estar constantemente fuera de sincronización con los ritmos circadianos estacionales (basados ​​en la salida y la puesta del sol) puede causar irregularidades metabólicas y otras enfermedades. Este estudio es el primero en identificar una reacción en cadena impulsada por el núcleo supraquiasmático que provoca que la alimentación nocturna desencadene un repunte significativo en los niveles de triglicéridos grasos en la sangre y, posteriormente, un mayor riesgo de problemas cardiovasculares y/o diabetes.

El hecho de respetar nuestro reloj biológico es importante para la supervivencia, en cambio, si debemos trabajar durante la noche o si nos gusta quedarnos en alguna actividad hasta la madrugada, y comemos algo en esas horas (y si esto se hace habitual) invariablemente dañará nuestra salud en el largo plazo, más específicamente cuando ingerimos alimentos en momentos en los que deberíamos estar durmiendo.

En base a la investigación en el laboratorio en cómo el núcleo supraquiasmático influye en las variaciones de día y noche en la absorción de triglicéridos postprandiales, los científicos de la UNAM especulan que, en el caso de los seres humanos, comer en cualquier momento después de las 21 horas ya podría estar asociado con un mayor riesgo.


Referencia:
http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1113/EP086026/abstract


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