Neuroplasticidad: acerca del cerebro y el estrés


Se estima que entre el 75 y el 90% de todas las visitas al médico, se deben a dolencias relacionadas con el estrés. Los efectos de esta patología sobre el cuerpo son bien conocidos. 


Neuroplasticidad, acerca del cerebro y el estrés


Por ejemplo, las hormonas relacionadas con el estrés provocan que el sistema inmunológico sea menos eficiente lo que nos deja más indefensos ante las infecciones. También induce a que la presión arterial se eleve, a la aparición de dolores de cabeza, malestares estomacales, artritis, asma, diabetes, enfermedades al corazón y cambios a nivel cerebral.

A partir de los estudios de resonancia magnética, la ciencia ha podido obtener gran cantidad de información acerca de los efectos que esta patología puede causar en el cerebro, y sobre todo, como influye el estrés en la capacidad de éste de transformarse. Ya que si bien la respuesta al estrés es clave para su buen funcionamiento, la actividad crónica tiene consecuencias negativas importantes en su plasticidad. Esto es así porque el estrés crónico altera su morfología, su función neuronal y los factores que influyen en su recuperación.
La reducción de la plasticidad del cerebro puede ser un factor de depresión, ansiedad, estrés postraumático e incluso Alzheimer.


El cerebro expuesto a estrés

El estrés crónico altera muchas neurohormonas y neuroquímicos, por ejemplo, el neurotransmisor glutamato (excitatorio). También esta alteración se puede observar en algunas regiones del cerebro como el hipocampo, íntimamente relacionado con el aprendizaje y la memoria, y que es muy sensible a los efectos del estrés. 

Las consecuencias de las secuelas del estrés crónico sobre la memoria espacial son potencialmente críticas: la dificultad para aprender ubicaciones nuevas puede afectar severamente el desempeño social de un individuo. Además, una persona estresada crónica adquirirá un evento desagradable más rápido que una persona no estresada.

Otra región del cerebro afectada es la amígdala (vinculada a la regulación emocional y el aprendizaje). En las personas con estrés crónico las dendritas se vuelven más grandes y fuertes, esto aumenta las probabilidades de que la persona reaccione mal ante una situación y sea incapaz de controlar su ira.

Pero he aquí una buena noticia, los efectos perjudiciales del estrés crónico en el hipocampo muestran evidencia de recuperación en el período post-estrés. Esta neuroplasticidad sugiere que nuestros cerebros tiene la capacidad de recuperarse del estrés. Esta recuperación se debe, al menos en parte, al factor neurotrófico derivado del cerebro, también conocido como BDNF.
El BDNF es una proteína del cerebro que está íntimamente involucrada con el crecimiento y supervivencia de las neuronas.
El estrés crónico reduce los niveles de BDNF en el hipocampo. También se cree que el BDNF puede ser un mediador químico de la resiliencia (capacidad de recuperación después de un evento estresante o traumático).


¿Cómo aumentar los niveles de BDNF?

Aumentar los niveles de BDNF no quiere decir que elimine el estrés de su vida, pero aumentando (o regulando) el número de receptores BDNF, si se pueden obtener resultados interesantes. 
Por tanto y para finalizar, veamos algunas prácticas y alimentos que aumentan los niveles de BDNF en nuestro cuerpo:

  • Estimulación del nervio vago
  • Consumo de Zinc
  • Algunos alimentos de la dieta mediterránea (granos enteros, aceite de oliva, frutos secos, legumbres y verduras)
  • Ácidos grasos omega-3
  • Ginsenosidos, ingredientes activos del ginseng
  • Hiperósido, ingrediente de la hierba de San Juan
  • La curcumina, colorante natural de la cúrcuma
  • Ácido ferúlico, encontrado en cacahuetes, manzanas, naranjas, arroz, trigo y avena
  • La Beta Alanina, componente de la vitamina B5
  • Los flavonoles, presentes en muchas frutas y verduras
  • Ginkgo biloba
  • Eugenol, aceite esencial presente en la nuez moscada, clavo de olor y la albahaca
  • La piperina, se encuentra en la pimienta negra
  • La práctica de ejercicios físicos también aumentan los niveles de BDNF