Psoriasis: causas, diagnóstico y tratamiento


Se estima que 130 millones de personas en el mundo (aproximadamente el 2,3% de la población) padecen psoriasis, es la enfermedad autoinmune más frecuente en el ser humano. Veamos lo que hay que saber de ella.



Psoriasis


¿Qué es la psoriasis?

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica que produce manchas rojas y lesiones escamosas en la piel. Estas escamas (células muertas de la piel) son, por lo general, de color blanco.
Esta enfermedad no es contagiosa y afecta a hombres y mujeres por igual.
La psoriasis es una enfermedad autoinmune, o sea, es el propio sistema de defensa del cuerpo quien ataca a las células sanas. Esto lleva a que las células de la piel maduren y mueran en menos de una semana, lo cual es extremadamente rápido, ya que este proceso celular normalmente llevaría más o menos un mes.

A la acumulación de células muertas en la superficie de la piel se denomina placa. Si bien estas placas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, es más común en las siguientes zonas:

  • Manos
  • Codos
  • Piernas
  • Espalda
  • Pecho
  • Uñas (manos y pies)
  • Cuero cabelludo
  • Nalgas
  • Ingle



Causas

Las investigaciones todavía no han podido identificar una causa en particular, pero los estudios afirman que la psoriasis es una enfermedad autoinmune y que hay un componente genético, o sea, que es hereditaria.

En un sistema inmune que funciona correctamente, las células T (un tipo de glóbulo blanco) protege el cuerpo contra las infecciones y enfermedades mediante la identificación y destrucción del material extraño. En la psoriasis, las células T reaccionan de forma exagerada, confundiendo a las células sanas de la piel con células enfermas, esto desata una cadena de respuestas en el sistema inmunológico.

Existen ciertos factores que pueden desencadenar la psoriasis en una persona que nunca ha tenido síntomas antes. Y para aquellos que ya tienen psoriasis, estos mismos factores pueden desencadenar el agravamiento de la enfermedad.
Estos desencadenantes son:

  • Enfermedades que debilitan el sistema inmunológico, como ser sida, cáncer o estrés crónico
  • Infecciones bacterianas o virales, como la faringitis o un resfriado común
  • Sequedad en la piel o aire seco (por ejemplo, a partir de cambios en el clima)
  • Algunos medicamentos como los betabloqueanes o medicamentos contra la malaria
  • Cortes, mordeduras o quemaduras en la piel
  • Muy poca o demasiada luz solar
  • Ingesta de alcohol
  • Fumar



Tipos de psoriasis

Hay varios tipos diferentes de psoriasis, que se distinguen por la zona de cuerpo afectada y el tipo de placa.

Psoriasis del cuero cabelludo: Consiste en placas en el cuero cabelludo que por lo general puede ser confundida con caspa. Aproximadamente la mitad de todas las personas con cualquier tipo de psoriasis, también tienen psoriasis del cuero cabelludo.

Psoriasis en placas: Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, es la forma más común de psoriasis. Pequeños bultos rojos se extienden y aparecen las células muertas de la piel en forma de escamas en esas áreas.

Psoriasis inversa: Implica lesiones en áreas donde la piel se pliega o se flexiona, como las axilas, la ingle o debajo del pecho.

Psoriasis eritrodérmica: Este tipo genera graves trastornos para el equilibrio químico del cuerpo, afectando a su mayor parte y provocando síntomas tales como dolor y picazón hasta el punto donde la piel se ve como si hubiera sido quemada.
  
Psoriasis pustulosa: Se caracteriza por lesiones similares a ampollas de pus, este tipo puede estar ubicada en un área pequeña o generalizada

Psoriasis palmo-plantar: Un tipo de psoriasis pustulosa, que causa placas en la palma de los pies, preferentemente en los lados del talón o de la base del dedo pulgar o en la palma de las manos.

Psoriasis guttata: Implica pequeños puntos rojos, que se agrandan rápidamente y suelen cubrirse de escamas en el cuero cabelludo, brazos, piernas y el torso. Puede remitir sin ningún tratamiento, pero también puede volver repentinamente.

Psoriasis de uñas: Esta forma de psoriasis afecta a las uñas de las manos y de los pies. Genera picaduras, decoloración, descamación.


Diagnóstico

En ocasiones, la psoriasis puede ser dificultosa de diagnosticar ya que los síntomas, a veces, se asimilan a los de otras enfermedades de la piel. Se puede recurrir a una biopsia cutánea, aunque no es necesaria en todos los casos.


Tratamiento

Su tratamiento generalmente requiere de varios enfoques diferentes, los cuales pueden incluir cambios en el estilo de vida, nutrición y medicación. Dicho tratamiento depende de la gravedad de los síntomas, el tipo de psoriasis, de la edad y la salud general de la persona, como factores más importantes.

Al no existir una cura, los médicos y dermatólogos a menudo intentan varios métodos antes de encontrar el más adecuado para cada caso.

Muchos de los tratamientos están destinados a tratar los síntomas de la psoriasis, incluyendo la picazón y la descamación de la piel. El uso regular de cremas hidratantes después de la ducha, puede ayudar a mantener la humedad en la piel para evitar la descamación, pero no controlará a la inflamación subyacente.

Generalmente, los médicos prefieren utilizar el menor nivel de tratamiento necesario para detener los síntomas, estamos hablando de tratamientos tópicos. Ya que si la piel se vuelve más resistente y ya no responde a dicho tratamiento, se pueda utilizar uno más fuerte. 


Tratamiento tópico

Los tratamientos aplicados directamente en la piel o tópicos (uso de cremas, ungüentos y lociones) son, por lo general, lo primera fase del tratamiento para la mayoría de los pacientes con psoriasis leve o moderada. En casos más complicados, se usan en combinación con otros tipos de tratamientos.


Los tratamientos tópicos incluyen:

  • Cremas y ungüentos de cortisona
  • Retinoides tópicos
  • Análogos de vitamina D
  • Cremas de alquitrán de hulla o ungüentos
  • Champú para la caspa
  • Ácidos salicílico y láctico
  • Fototerapia


La fototerapia es un procedimiento en el cual la piel se expone cuidadosamente a la luz ultravioleta natural o artificial (UV). La fototerapia a largo plazo, se asocia con una mayor incidencia de cáncer de piel, especialmente el melanoma (la forma más mortal de cáncer de piel). Por esta razón, es importante que el paciente hable con su dermatólogo sobre el uso de la fototerapia antes de exponerse a altas dosis de luz UV. 


Otros tratamientos

Exceptuando los tópicos, existen un conjunto de otros tratamientos, son los que se proporcionan mediante inyectables o fármacos vía oral.
Por lo general, presentan mayores efectos secundarios que los tratamientos que se aplican directamente sobre la piel. Demás está decir que estos tipos de tratamientos se aplican en los casos más graves.


Consideraciones finales

Las personas con esta enfermedad corren un mayor riesgo de desarrollar artritis psoriásica, un tipo de inflamación de las articulaciones asociada con la psoriasis. El sistema inmunitario ataca las articulaciones de la misma manera que ataca a las células sanas de la piel, causando inflamación de las articulaciones, sensibilidad y dolor. La artritis psoriásica es a menudo de un desarrollo lento, pero puede desarrollarse rápidamente en combinación con brotes graves en la piel.

Si una persona con psoriasis se pone repentinamente peor, es decir, comienza a experimentar aumento del dolor, hinchazón y sensibilidad; si desarrolla manchas o puntos rojos alrededor de las placas de psoriasis o nota una secreción o pus. Si además tiene efectos secundarios como vómitos, diarrea con sangre o fiebre, se debe llamar al médico de inmediato. Si el médico de cabecera no puede atenderle, debe ser referido a otro médico que le pueda proporcionar atención médica inmediata. Su condición puede estar empeorando.

Según algunos estudios, las personas con psoriasis tienen tres veces más riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular que las personas sin esta enfermedad. El riesgo es mayor aún en aquellos individuos con cuadros severos de psoriasis. Los investigadores cada vez más relacionan esta enfermedad con problemas en el corazón y los vasos sanguíneos.



Hipertensión y diabetes vinculadas a daños en el cerebro


Según dos estudios, la presión arterial alta y la diabetes pueden dañar el cerebro y conducir a la pérdida de memoria y otras enfermedades cerebrales.



Hipertensión diabetes cerebro


Tanto la diabetes como la hipertensión arterial se han convertido en una pandemia en los países desarrollados, incluso también en varios de los llamados en vías de desarrollo. Los adultos con diabetes tienen de dos a cuatro veces más probabilidades de tener una enfermedad cardíaca o un derrame cerebral, que los adultos sin diabetes.

Las enfermedades del corazón y los accidentes cerebrovasculares son las principales causas de muerte y discapacidad entre las personas con diabetes tipo 2. De hecho, al menos el 65 % de las personas con diabetes mueren de alguna enfermedad cardiaca o un derrame cerebral.


Hipertensión y diabetes: doble golpe al cerebro
  
Además del aumento en el riesgo de enfermedad cardiovascular provocado por la presión arterial alta y la diabetes, una nueva investigación ha encontrado que estas condiciones también llevan a la contracción del cerebro y al deterioro cognitivo.

El estudio recientemente realizado por la Clínica Mayo, halló que las personas de mediana edad (en el entorno de los 40 años) que desarrollan diabetes o que sufren de hipertensión, son dos veces más propensas a tener pérdida de células cerebrales que las personas de la misma edad que no padecen hipertensión o diabetes. Este daño cerebral trae como resultado un mayor porcentaje de problemas de memoria, demencia y pérdida de habilidades cognitivas.
El estudio titulado “Asociación de la diabetes tipo 2 con el deterioro cognitivo” fue publicado en la revista ‘Neurology’ hace unos días.
  
Uno de los autores del estudio, el epidemiólogo Rosebud Roberts dice: “Si podemos prevenir o controlar la hipertensión y la diabetes en la mediana edad, se pueden prevenir o retrasar algunos daños cerebrales que ocurrirán años o décadas más tarde y que ocasionarán a la persona problemas de memoria y demencia”.  


El estudio

Para dicha investigación se evaluaron a 1437 personas con una edad promedio de 80 años. Los autores del estudio encontraron que las personas que desarrollaron hipertensión y/o diabetes en la mediana edad tenían, en promedio, un volumen total del cerebro un 3% más pequeño que quienes no padecieron de estas enfermedades.
En el área del hipocampo del cerebro, el volumen fue un 4% más pequeño, esto ocasiona el doble de probabilidades de tener problemas de memoria, demencia y habilidades cognitivas.


Roberts dice: "Las personas que desarrollaron diabetes, incluso en la vejez, también eran más propensas a tener áreas dañadas del cerebro. En cambio, no se vieron muchos efectos cuando lo que se desarrolló en la vejez fue la hipertensión. Por eso creemos que en particular la diabetes, tiene efectos adversos independientemente de la edad en la que se desarrolla".


Hipertensión en la mediana edad vinculada a biomarcadores del Alzheimer

Otro estudio de los mismos investigadores constató que las personas de mediana edad con la presión arterial llamada “presión de pulso” alta, son más propensas a tener biomarcadores de la enfermedad de Alzheimer en el líquido cefalorraquídeo, que aquellos con una presión de pulso normal.

En este estudio participaron 177 personas, todos mayores de 55 años que no presentaban síntomas de la enfermedad de Alzheimer. A los participantes se les tomó la presión de pulso y se les realizaron punciones lumbares para obtener líquido cefalorraquídeo.
Los resultados encontraron que las personas que tienen una mayor presión de pulso son más propensas a tener biomarcadores de Alzheimer en su fluido espinal cerebral, que aquellos con menor presión de pulso.

Los autores dicen que: “Esto es consistente con los hallazgos que indican que la hipertensión arterial en la mediana edad es el mejor predictor de futuros problemas en lo que se refiere a la pérdida de células cerebrales, por tanto, a problemas de memoria y otros daños en el cerebro”.


Soluciones

Por suerte, hay muchas cosas que se pueden hacer para ayudad a disminuir la presión arterial y reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Por ejemplo, crear hábitos diarios saludables que incluyan actividad física regular y la elección de una alimentación saludable. También la reducción del estrés puede colaborar a disminuir la presión arterial y el riesgo de diabetes.
En especial el ejercicio físico, tanto aeróbico como de fuerza, ha demostrado estimular la neurogénesis (crecimiento de nuevas neuronas) y favorecer a una mejor conectividad cerebral.




Ansiedad social: ¿Cómo saber si la padeces?


La ansiedad social es un trastorno que muchas veces se confunde con la timidez. La Asociación Estadounidense de Psiquiatría creó un nuevo manual de autoevaluación sobre esta enfermedad. Echemos un vistazo.


ansiedad social


¿Qué es la ansiedad social?

La ansiedad social es el miedo a interactuar con otras personas, ya que el individuo teme ser evaluado y juzgado negativamente, esto da lugar a sentimientos de inferioridad, vergüenza y estados depresivos.
Es un problema mucho más común de lo que parece, millones de personas sufren esta condición destructiva.

He aquí una prueba de autoevaluación realizado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría:


Situaciones en las que se siente ansioso/a o trata de evitar:

  • Hablar por teléfono
  • Uso de baños públicos
  • Comer frente a otras personas
  • Interactuar con empleados de un comercio
  • Conducir un coche
  • Ir a devolver un artículo a una tienda
  • Responder a la puerta de casa
  • Asistir a eventos sociales
  • Hablar ante un grupo de gente
  • Expresar sus opiniones
  • Hablar de si mismo ante los demás
  • Situaciones que impliquen rendimiento


Cuándo se ve involucrado en algún acontecimiento social, experimenta alguna de estas “conductas de evitación”:

  • Usa alcohol o drogas antes de entrar a escena en una situación social
  • Si asiste a un acontecimiento social, permanece poco tiempo en el lugar
  • Se queda cerca de una persona que le haga sentir más seguro/a
  • Evita el contacto visual
  • Trata de distraerse pensando en otras cosas


Cuándo está con otras personas, ha tenido alguno de estos síntomas físicos:

  • Sudoración
  • Rubor
  • Sofocos fríos
  • Malestar estomacal
  • Tensión muscular
  • Aceleración del corazón
  • Dificultad para respirar
  • Opresión en el pecho
  • Sentimientos de debilidad
  • Mareo
  • Vértigo
  • Boca seca
  • Sensación de irrealidad


Antes, durante o después de un acontecimiento social ha pensado alguna de estas cosas:

  • Yo no encajo aquí
  • Todo el mundo puede percibir lo nervioso que estoy
  • Soy aburrido
  • Tengo que irme cuánto antes
  • La gente debe creer que estoy loco
  • Todos piensan que soy muy tímido



Acerca de sus reacciones ante situaciones sociales:

  • La evitación y el miedo interfieren con mi desempeño académico
  • La evitación y el miedo interfieren con mi desempeño laboral
  • La evitación y el miedo interfieren con mis actividades y relaciones sociales
  • Tener ansiedad social me causa un malestar significativo


Si en líneas generales se ha sentido identificado con este cuestionario (o al menos con unos cuantos puntos) es probable que lo suyo no sea un simple caso de timidez.
Si usted cree que puede tener un trastorno de ansiedad social, un buen primer paso es consultar con su médico.
Recuerde que nadie debería tener que limitar su vida a causa de tratar de evitar situaciones sociales. Ahora, más que nunca, existen técnicas para reducir al mínimo los efectos nocivos de esta fobia.

*Es importante saber que esta autoevaluación no es sustituto de una evaluación con un profesional de salud mental.



Higiene bucal: 9 factores que a veces no tenemos muy en cuenta

¿Cree usted que con lavarse los dientes un par de veces al día ya ha cumplido su parte para mantener una adecuada higiene bucal? Si es de los que piensa así, está equivocado.Cepillarse los dientes sin dudas que es muy importante, pero hay muchas otras mediadas que a veces subestimamos y tendemos a pasarlas por alto. 




1.) La fuerza del cepillado de los dientes

Cuando lavamos los platos o el auto, con cuanta más fuerza frotemos la suciedad más y mejor saldrá, ¿no? Bueno... este principio no se puede aplicar al cepillado dental. Cepillarse con mucha fuerza irrita y daña los tejidos de los dientes y las encías.
El cepillado vehemente puede ocasionar que queden expuestas las raíces de los dientes, esto con el tiempo puede provocar la caída de la pieza o infecciones en las encías.
No se lave los dientes con mucha fuerza, ni utilice cepillos duros.


2.) Hidratación de la boca

Un aspecto no muy tenido en cuenta por la mayoría de la gente es la hidratación de la boca. Es muy recomendable tomar un vaso de agua cada hora cuando estamos largos períodos de muchas horas sin comer nada. Esto no sólo es ideal para el sistema digestivo, sino que también ayuda a mantener los dientes blancos.
Beber agua ayuda a estimular la adecuada producción de saliva, lo que reduce la sequedad de la boca, esto a su vez, ayuda a combatir las bacterias y neutralizar los ácidos dañinos, por tanto, la hidratación bucal es ideal para la prevención de problemas en las encías, de caries y de mal aliento.


3.) Cuánto más dulce comemos, ¿más caries?

Es muy común utilizar esta “técnica de miedo” en los niños, “si comes muchos dulces se te carearán los dientes y deberás ir al dentista”.
Esto no es exactamente cierto, la cantidad de azúcar que consumimos no tiene mucho que ver con las caries, sino más bien es el tiempo que demoramos en lavarnos los dientes después de comer algo dulce lo que realmente más nos perjudica.
Si usted come tres barras de chocolate y se lava los dientes poco después, habrá menos daño que si usted se come sólo una barra de chocolate y permanece un período prolongado de tiempo sin lavarse los dientes.


4.) El hilo dental

Mucha gente tiende a pasar por alto la importancia de la limpieza con hilo dental, creyendo que con el cepillado sólo es más que suficiente para mantener nuestra boca limpia.
Si usted es de los que piensa así, el uso del hilo dental es un hábito que necesita desarrollar de inmediato.
De hecho, el uso del hilo dental es tan importante como el cepillado, ya que ayuda a eliminar la placa y los residuos que se acumulan entre los dientes, donde el cepillo no llega. También ayuda a pulir la superficie del diente, esto combate el mal aliento.


5.) Limpieza de la lengua

La limpieza de la lengua es otro aspecto que la gente tiende a subestimar.
La lengua es el principal caldo de cultivo para las bacterias que causan la caries dental. Además, esa misma capa de bacterias asentadas sobre la superficie de la lengua es una de las causas principales del mal aliento.
Una buena higiene de la lengua no solo evita que las bacterias se propaguen a los dientes, sino que también ayudamos de manera efectiva a la prevención del mal aliento.


6.) Aspirina y dolor de muelas

Existe la creencia de que en caso de dolor de muelas, se debe poner una aspirina sobre la muela y dejar que se disuelva en ese lugar para aliviar el dolor.
Los analgésicos pueden ayudar en los dolores de muelas, pero sólo si se ingieren.
La idea de colocar una aspirina sobre un diente o muela no es para nada buena, ya que la aspirina es ácida y dejar que se disuelva en la dentadura puede provocar un daño en el esmalte de los dientes o incluso, una llaga en la encía.


7.) Enjuagar la boca después de comer

Si no tenemos el cepillo de dientes a mano una muy buena idea es, inmediatamente después que comemos algo, hacer un enjuague bucal con agua ya que en gran medida ayudará a eliminar bacterias o partículas de comida que puedan quedar atrapadas entre los dientes o en las encías después de cada comida.
Este simple paso puede ayudar a que en un futuro tengamos menos caries e incluso menos manchas en los dientes.


8.) Cambiar cepillo de dientes cada 3 meses

¿Cuándo ha sido la última vez que cambió su cepillo de dientes? Si han pasado más de tres meses no lo piense más y consiga de inmediato un nuevo cepillo.
Los estudios han demostrado que después de tres meses los cepillos de dientes son menos eficaces para remover la placa y otros residuos de los dientes, debido a que las cerdas se han desgastado.
Además, con el tiempo los mangos y las cerdas de los cepillos pueden convertirse en el hogar de miles de microbios y bacterias, que pueden derivar en una infección bucal.
Por tanto, evite la transferencia de más bacterias a su boca y hágase de un cepillo de dientes nuevo, pasados los tres meses de uso.


9.) No ir sólo al dentista en caso de urgencia

Es bastante común en mucha gente, el hecho de que si no hay aparentemente ninguna dificultad no es necesaria una visita al odontólogo.
Como todos los problemas de salud (y la boca no es la excepción) siempre es mejor detectar un inconveniente en etapas tempranas. Recuerde que cuando una muela duele, es porque la caries ya ha llegado al nervio, o sea, estamos hablando de una etapa muy avanzada.
Además, una buena limpieza en forma regular de sarro y placa nunca están de más y redundarán en una menor cantidad de caries y mejor aliento.
Las medidas preventivas son siempre más baratas y menos dolorosas. Lo ideal sería visitar a su dentista cada seis meses. 




Grasa abdominal: que papel juegan las grasas saturadas de la dieta


Una reciente investigación de la Universidad de Uppsala (Suecia), muestra que el consumo de grasas saturadas estimula la acumulación de más grasa abdominal y la creación de menos masa muscular en nuestro cuerpo, que si consumimos grasas poliinsaturadas.


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Este es el primer estudio en humanos que demuestra que la composición de la grasa de los alimentos, no sólo influye en los niveles de colesterol en la sangre y en el riesgo cardiovascular, sino también en el lugar dónde se almacena la grasa en el cuerpo.
El resultado de esta investigación ha sido publicado recientemente en la revista 'American Diabetes'.


El estudio

La investigación incluyó a 40 personas de ambos sexos, todos adultos jóvenes y de peso normal.
Los participantes consumieron 750 calorías adicionales por día durante 7 semanas, la meta era que aumentaran el 3% de su peso inicial.

Las personas fueron separadas en dos grupos, a ambos se les dio exactamente la misma dieta (misma cantidad de azúcar, de hidratos de carbono, proteínas, etc.) la única diferencia estaba en unas magdalenas muy ricas en grasas incluidas en el menú diario. Mientras que para el primer grupo dichas magdalenas estaban hechas con grasas poliinsaturadas (aceite de girasol), el segundo grupo recibió las mismas magdalenas pero fabricadas con grasas saturadas (aceite de palma).

El aumento y la distribución de la grasa corporal en el cuerpo se midieron con imágenes de resonancia magnética, antes y después del tratamiento, también se midió la masa muscular de los participantes. La actividad génica en la grasa abdominal se midió con la ayuda de un chip que estudia varios genes a la vez.


Los resultados

A pesar de que los aumentos de peso tuvieron guarismos similares en los dos grupos, el consumo en exceso de grasas saturadas provocó un notable incremento en la cantidad de grasa en el hígado y abdomen (en especial de la grasa que rodea los órganos internos, la grasa visceral) en comparación con quienes consumieron grasas poliinsaturadas.
Además, la cantidad total de grasa corporal fue mayor en el grupo que consumió grasas saturadas, a su vez también, el aumento de masa muscular fue tres veces mayor en el grupo que consumió grasas poliinsaturadas.

Esto quiere decir que el aumento de peso entre quienes consumieron calorías de grasas poliinsaturadas, fue causado por más aumento de masa muscular y menos de grasa corporal.
En vista que la mayoría de las personas (al menos en el mundo occidental) están con un balance energético positivo, o sea aumentamos de peso lenta pero gradualmente con el correr del tiempo, estos resultados son muy relevantes.
  
El director del estudio, el profesor Ulf Risérus opina que: 
“Tanto la grasa del hígado como la visceral parecen contribuir a una serie de alteraciones en el metabolismo. Por tanto, estos resultados pueden ser importantes para personas con enfermedades metabólicas como por ejemplo, la diabetes. Si los resultados relativos al aumento de la masa muscular tras el consumo de grasas poliinsaturadas pueden ser confirmados en próximos estudios, será muy interesante para personas de edad avanzada, para quienes el mantenimiento de la masa muscular es fundamental”.
  

Diabetes y enfermedades cardiovasculares

Cuando se trata del riesgo a desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes, parece ser que es más importante el lugar del cuerpo dónde se almacena la grasa, que la cantidad de grasa que el cuerpo tiene.

Tanto la grasa visceral, como así también una alta proporción de grasa en el hígado, están estrechamente relacionadas con un riesgo más alto de desarrollar diabetes tipo 2. 
Estudios anteriores han indicado que una mayor ingesta de ácidos grasos poliinsaturados procedentes de frutos secos y aceites vegetales, están asociados con un menor riesgo de padecer diabetes tipo 2, pero las razones de esto no están claras.

El presente estudio expresa un posible esclarecimiento de esta asociación, lo que demuestra que los ácidos grasos poliinsaturados pueden afectar a la distribución de grasa en el cuerpo de manera más favorable que las grasas saturadas, probablemente mediante la regulación del aumento de la combustión de energía o la disminución de la acumulación de grasa visceral, en relación con las dietas ricas en calorías.

Los investigadores también pudieron observar que el consumo excesivo de grasas saturadas parece ser capaz de "activar" ciertos genes en el tejido graso que aumentan el almacenamiento de grasa en el abdomen y, al mismo tiempo, dificultan la regulación de insulina. Las grasas poliinsaturadas, en cambio, pueden "encender" genes en la grasa visceral, que a su vez están vinculados al almacenamiento reducido de grasa y de un mejor metabolismo del azúcar en el cuerpo. Sin embargo, dicen los autores, se necesitan más estudios para entender cómo ocurre esto en humanos.

Este hallazgo también puede ser un factor importante en relación a la tendencia de algunas personas a acumular grasa en el abdomen y el hígado. Los nuevos descubrimientos sugieren que la composición de la grasa de la dieta, en el mediano o largo plazo, podría desempeñar un papel fundamental en la prevención de los trastornos relacionados con la obesidad, como la diabetes tipo 2, antes de que aparezca el sobrepeso.