Dejar de fumar alivia el estrés, la ansiedad y la depresión


Una de las excusas de muchos fumadores para no dejar el tabaco, es que fumar alivia tensiones y aplaca los estados de ansiedad. Un reciente estudio de la Universidad de la Salud y la Ciencia de Birmingham, no solo desmiente esto sino que afirma que dejar de fumar juega un papel muy positivo en la salud mental de las personas.


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El tabaco es la principal causa mundial de muertes evitables, la Organización Mundial de la Salud estima que es el culpable de casi 6 millones de muertes al año, el 75% de estas muertes se producen en países en vías de desarrollo.

Fumar es el principal factor de riesgo para el desarrollo de ciertos tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares y respiratorias, entre otras. Dejar de fumar reduce sustancialmente estos riesgos.

A pesar de las campañas publicitarias de advertencia y de una disminución en la prevalencia del consumo de tabaco en algunos países, en términos generales, el número de personas que fuman hoy en día es mayor que en 1980, debido al crecimiento de la población

Aunque la mayoría de los fumadores reportan que quisieran dejar el hábito, muchos continúan ya que aducen que el fumar les proporciona alivios a problemas emocionales y a estados de ansiedad, depresión y estrés, además de estabilizar el estado de ánimo. En realidad esto es debido a que la nicotina tiene un efecto calmante, es por ello que algunos individuos perciben que el cigarrillo tiende a mejorar su salud mental.
Este patrón de comportamiento es bastante común entre los fumadores, sin embargo, esta creencia está siendo desmentida cada vez con más fuerza por el mundo científico.


La investigación

Un grupo de científicos británicos reunieron y analizaron 26 investigaciones realizadas en diferentes países que tenían como meta definir la relación entre la salud mental y la adicción al tabaco. Algunas de las investigaciones tuvieron un seguimiento de hasta 9 años.

Se utilizaron algunas variables generales para obtener todos los datos potencialmente relevantes. Dichas variables se decidieron en base a ciertos criterios estipulados previamente

Las investigaciones estaban basadas en muestras de fumadores en general que se inscribieron para formar parte de diferentes estudios para abandonar el hábito de fumar. Durante los sondeos los participantes debían tratar de dejar este hábito, aunque no todos lo lograron, hasta el final del seguimiento, el 61% de los encuestados lo habían conseguido.

La recopilación general de estudios estaba destinada a analizar los síntomas de ansiedad, depresión y estrés, vinculados a la calidad de vida en un fumador en el proceso (antes, durante y después) de dejar esta adicción. Los participantes tenían en promedio 44 años, fumaban entre 10 y 40 cigarrillos al día, 52% eran mujeres y 48% hombres.

Uno de los requisitos para que cada estudio fuera evaluable, era que debería tener el test “Fagerstrom” de dependencia a la nicotina, el promedio general de este test marcó 5,4 lo que indica una dependencia moderada.
Las evaluaciones en general se realizaron antes de que los fumadores trataran de abandonar el hábito y después, promedialmente cada 6 meses durante la investigación.


Algunos resultados de la investigación

Las personas que dejaron de fumar y rompieron el ciclo de abstinencia a la nicotina reportaron una reducción en los síntomas de depresión, estrés y ansiedad, además de una perspectiva más positiva de la vida en comparación con aquellos que continuaron fumando.

En una parte del estudio publicado por el “British Medical Journal” dice “…la dimensión del efecto al dejar de fumar en algunos individuos, fue similar a un tratamiento con antidepresivos en personas que sufren trastornos de ansiedad”.

Incluso personas que habían sido diagnosticadas con trastornos psiquiátricos tuvieron una mejoría similar al abandonar el hábito.

Aunque los fumadores creen que fumar ofrece beneficios para su estado de ánimo, existe una fuerte asociación entre el tabaquismo y la mala salud mental. Los fumadores con trastornos emocionales tienden a fumar más y ser aún más dependientes del tabaco.

La creencia errónea de muchas personas adictas al tabaco de que fumar proporciona beneficios a su estado de ánimo, en realidad tiene su origen en la capacidad del tabaco de abolir la abstinencia a la nicotina como supuesto efecto beneficioso para su salud mental. O sea, los fumadores que no fuman por un tiempo experimentan ansiedad, depresión e irritabilidad, estos síntomas se alivian cuando retoman el hábito, creando así la percepción de que fumar tiene beneficios psicológicos, cuando en realidad, fumar es lo que causa todos estos problemas.


Datos finales

La relación entre el tabaquismo y la mala salud mental debe tener una difusión mucho más importante ya que fumadores son menos propensos a abandonar el hábito si creen que su estado de ánimo o emocional se verá afectado. Algunas de estas consecuencias, es que los fumadores tienen una expectativa de vida ocho años menor que el resto de las personas.

En algunas de las investigaciones, los fumadores fueron motivados mediante información para dejar de fumar, además de recibir ayuda psicoterapéutica durante el período de abstinencia, en otras no recibieron tal asistencia. Quienes fueron motivados y recibieron ayuda lograron promedialmente un 16%  de mejores resultados finales, que en las investigaciones dónde no había ayuda o motivación.

El consumo crónico de tabaco se asocia con adaptaciones neuronales en el cerebro. Estas adaptaciones están asociadas a la aparición de estados como la depresión, la ansiedad, el estrés. Los estudios muestran que el funcionamiento neurológico de los ex-fumadores volvió al mismo nivel de los no fumadores, en promedio, a las tres semanas después de la suspensión de consumo de tabaco. Esto está en consonancia con estudios anteriores que afirmaban que los síntomas de abstinencia se calman después de unas pocas semanas.