El mito del deporte y la artritis de rodilla

Una de las creencias más arraigadas acerca del deporte, al menos entre los que no son deportistas, es que practicar alguna actividad física que requiera de un esfuerzo importante en las articulaciones de las piernas, por ejemplo correr, es causa de artritis en las rodillas.
Esto no es cierto, las personas que practican deportes aeróbicos no sufren más daños en las rodillas que el común de las personas.
Incluso hay evidencias de que hacer deportes, podría ser beneficioso para estas articulaciones.





Es fácil creer que correr daña las articulaciones de las piernas, ya que en cada paso, las fuerzas se mueven a través de las rodillas del corredor. El sentido común sugiere que la aplicación repetida de estas cargas en la articulación, debe eventualmente degradar el cartílago, lo que lleva a la artritis.

Pero muchos estudios disponibles muestran que, a largo plazo y siempre y cuando las rodillas estén saludables a la hora de comenzar la práctica, el hecho de realizar un deporte aeróbico, no aumenta sustancialmente el riesgo de desarrollar artritis, incluso hablando de corredores de mediana edad y también más adultos.

Un estudio realizado conjuntamente por investigadores de la Universidad de Queen en Kingston (Ontario, Canadá) y la Universidad de Maryland en EEUU, efectuó un seguimiento a 5 mil corredores amateurs y no encontraron “ninguna evidencia que correr aumente el riesgo de sufrir osteoartritis, esto incluye la participación en maratones. De hecho, los corredores participantes del estudio, mostraron una menor incidencia a desarrollar artritis en las rodillas, que las personas que no eran deportistas.”


La biomecánica del deporte

Caminar es considerada una actividad de bajo impacto, poco probable que contribuya a la aparición de artritis de rodilla. Incluso los médicos recomiendan ampliamente caminar ya que es beneficioso para el sistema cardiovascular y ayuda a mitigar el exceso de peso.

Pero hasta ahora, los científicos no habían comparado las diferencias de cargas aplicadas a las rodillas entre caminar y correr sobre una distancia dada.
  
Para hacerlo, los investigadores de la Universidad de Maryland reclutaron 14 corredores amateurs adultos, sin antecedentes de problemas de rodillas. Luego les grabaron marcadores reflectantes en los brazos y piernas, con el fin de capturar mejor los movimientos.
 A 7 de las personas les pidieron quitarse el calzado y caminar 5 vueltas a un ritmo normal a lo largo de una pista de unos 50 metros de largo.
Los otros 7 debían correr, en su ritmo habitual, el mismo trayecto.
La pista estaba equipada con cámaras de captura de movimiento especializadas para medir las fuerzas generadas cuando el pie de cada corredor golpeaba el suelo.

Los investigadores querían determinar cuánta fuerza se creaba al caminar y correr, así como la frecuencia con la que se produjo la fuerza y por cuánto tiempo.

En general, los corredores llegaban al suelo con una fuerza cerca de ocho veces su peso corporal. Esto resultó ser cerca de tres veces superior a la fuerza que cuando se camina.
Pero quienes trotaban, golpeaban el suelo con menor frecuencia, por la sencilla razón que al correr los pasos son más largos y se necesitan menos pasos para cubrir la misma distancia que cuando se camina. Además el contacto del pie con el piso es de un período más corto cuando se corre.



¿Qué sucede en las rodillas?

Los investigadores encontraron que la cantidad de fuerza que se mueve a través de las rodillas, en una distancia dada, es equivalente tanto si se corre o si se camina.
Los corredores generaron más fuerza en las rodillas, pero tuvieron menos pasos que quienes caminaban, por lo que, por ejemplo, en un kilómetro de recorrido, la carga total de las rodillas eran casi iguales.
La prueba fue concluyente, correr y caminar son esencialmente indistinguibles en términos del desgaste que puedan infligir en las rodillas.

De hecho el Dr. Ross Miller profesor asistente de kinesiología de la Universidad de Maryland, aseguró que correr podría ser potencialmente beneficioso contra la artritis.

“Hay algo de evidencia que el cartílago gusta de la carga cíclica” dice Ross, “en pruebas con animales, se estudió como la carga cíclica provoca que las células del cartílago se dividan para rellenar el tejido ante un posible desgaste, mientras que la carga no cíclica o de continuidad de fuerza con pocas pulsaciones, puede sobrecargar el cartílago y provocar la muerte de células sin que éstas se sustituyan.”



Antibióticos: Lo que hay que saber para no abusar de ellos


Según el Departamento de Salud y Servicios Sociales de EEUU, el 35% de los antibióticos que se consumen en ese país son innecesarios. Seguramente si observáramos en otros países industrializados, las cifras serían similares.
¿Por qué los antibióticos son tan comúnmente utilizados en exceso?
Veamos algunas apreciaciones para entender cuándo son realmente necesarios.





Consideraciones sobre los antibióticos

La mayoría de las enfermedades infecciosas son producidas por 2 tipos distintos de gérmenes: virus o bacterias.
Si algo tiene que quedar en claro es que: Los antibióticos no pueden matar virus.

Muchas personas en las primeras etapas de alguna enfermedad o malestar, se automedican y no saben distinguir entre una infección bacteriana y una viral, sin darse cuenta que los antibióticos no funcionan para éstas últimas.
Además, también ocurre que mucha gente piensa que los antibióticos son inofensivos y esto, por desgracia, no es verdad.

Ocasionalmente, los antibióticos incluso pueden causar enfermedades, por ejemplo la
‘clostridium difficile’, que a su vez causa la colitis seudomembranosa (una infección del colon).
Además, es muy común que las bacterias se hagan resistentes a los efectos de los antibióticos y éstas se fortalezcan contra las drogas, esto podría ayudar incluso, a agravar la enfermedad.

Sin dejar de mencionar los cambios que puede ocasionar el consumo excesivo de antibióticos en la flora intestinal que reside en nuestro intestino grueso, y que es absolutamente necesaria e imprescindible para algunas funciones en nuestro aparato digestivo.



¿Cómo diferenciar si la infección es viral o bacteriana?

  • A los virus les encanta saltar de un lado a otro, a menudo empiezan en la garganta, para después pasar al oído o viceversa y luego saltar hacia en pecho. Las infecciones bacterianas, salvo raras excepciones, comienzan en un lugar y se quedan allí.
  • Tanto bacterias como virus pueden causar fiebre. En las infecciones virales, la fiebre tiende a ser menor y sólo dura los primeros días de la infección (con excepción de la influenza). Las infecciones bacterianas en cambio, la fiebre es ligeramente más alta y más persistente.
  • En general, las infecciones bacterianas son más graves que las infecciones virales. Aunque usted puede sentirse mal cuando tiene una infección viral, rara vez se siente tan mal como para no levantarse de la cama después de unos días. Las personas con infecciones bacterianas se ven bastante más enfermos que las personas con infecciones virales (una excepción es la faringitis estreptocócica).
  • Tanto los resfriados de origen viral como bacterianos, puede producir mucosidad de color (la mucosidad son células blancas que murieron luchando contra la infección). El color de la mucosidad, lamentablemente, no aporta nada para diferenciar los dos tipos de infecciones.
  • Los virus mejoran por sí solos. La gente por lo general, tienen una idea acerca de cuánto tiempo puede durar una infección. Cuando dura más de lo normal, deciden que deben ser vistos por un médico, ya que "algo está mal". La duración media de los síntomas virales es de tres semanas. Si usted comienza a mejorar por su cuenta, es casi seguro que tiene un virus.



A veces, sin embargo, incluso con la ayuda de estas directrices, es difícil saber si un resfriado es bacteriano o viral. Algunos virus pueden imitar las infecciones bacterianas y viceversa, o sea, algunas bacterias pueden imitar a los virus.
Un ejemplo de esto último sería el micoplasma. (Bacterias más pequeñas que pueden infectar a los humanos, y como los virus, pueden infectar más de una cavidad del cuerpo a la vez). 



Para terminar…

Aunque estemos en el siglo XXI, todavía no tenemos una cura para el resfriado común, algunos estudios muestran que los adultos que comienzan a tomar pastillas de Gluconato de Zinc, en las primeras 24 horas de presentar síntomas virales, a menudo acortarán la duración y la intensidad de los síntomas.
Se recomienda tomar uno cada dos horas mientras se está despierto, a la primera señal de los síntomas y continuar así durante cinco días.
A algunas personas les provoca leves náuseas, pero funciona y sobre todo, evita tomar antibióticos cuando realmente no se necesitan.



La obesidad tratada como una conducta adictiva


La obesidad es un importante problema para la salud pública de prácticamente todos los países desarrollados. Un tercio de las personas en esos países son obesas.

Un grupo de especialistas de la unidad de Psiquiatría de la Universidad de Florida, propone que, si ciertas conductas alimentarias, tienen características que son análogas a las conductas adictivas propias de las drogas, habría que tratarlas como tal.




La obesidad aumenta sustancialmente los riesgos para una variedad de trastornos médicos, incluyendo la diabetes de tipo 2, la apnea del sueño, el asma, la presión arterial alta, enfermedades cardíacas, la artritis y el cáncer. Todo esto sin contar los millones que se pierden al año en costos de atención médica.


La obesidad como adicción

De hecho, los especialistas saben que algunos tipos de alimentos pueden ser adictivos en personas concretas y que estos alimentos influyen en los mismos circuitos cerebrales en los que actúan las drogas.
Hay estudios que demuestran que los medicamentos que ayudan a reducir las ansias por drogas adictivas, pueden también ayudar a disminuir la ansiedad por la comida en personas con comportamientos graves de adicción a determinados alimentos.

Varias investigaciones que han estudiado la obesidad en animales y seres humanos, han generado datos que apoyan este concepto.
Pero ¿significa esto que todo obeso es adicto a la comida?
No, se debe ver la adicción a la comida como una de las causas de la obesidad.

Dentro de los obesos, hay un subgrupo de individuos que tienen una seria adicción al azúcar y tal vez a otros componentes de los alimentos.
En este subgrupo de personas, el consumo de ciertos alimentos, puede alterar las regiones cerebrales responsables de conductas motivacionales de manera paralela a los efectos de la nicotina, alcohol, marihuana u opiáceos. En este subgrupo de gente, la comida se convierte en un foco principal de las actividades diarias.
Estos individuos encuentran consuelo en algunos alimentos y parecen desarrollar un tipo de síndrome de abstinencia cuando se encuentran sin ellos, durante períodos de tiempo relativamente cortos.
Con el tiempo, la comida no solo pierde la capacidad de proporcionar placer, sino que se hace necesaria para evitar sentirse mal.
Algunas personas comen en exceso, otras en exceso crónico, aun sabiendo las consecuencias médicas relacionadas con la obesidad. Este tipo de conducta no es muy diferente de algunos efectos de las drogas adictivas.



Factores extras

Para muchas personas, el impulso de comer en exceso resulta de factores no relacionados con una posible adicción a la comida.
Los alimentos son un combustible necesario para la supervivencia y nuestro cerebro es el órgano más consumidor de energía del cuerpo, requiriendo alrededor del 20 % del gasto total de calorías. La madre naturaleza ha desarrollado una variedad de mecanismos para regular ese combustible (es decir los alimentos) y para asegurarse de que el cerebro recibe su asignación requerida.
Un número de proteínas producidas en el cuerpo (más otros productos químicos) interactúan con los tejidos como la grasa, el hígado y el cerebro para regular la conducta alimentaria. A veces, uno o más de estos productos químicos se desequilibra. Esta desregulación puede ser sutil, pero con el tiempo un ligero desequilibrio en la ingesta de alimentos conduce a muchos kilos de peso adicional.

Otros mecanismos también contribuyen a la obesidad. Regiones específicas del cerebro regulan las emociones, que desencadenan diversos comportamientos tales como el comer. Las relaciones entre los sistemas emocionales y los sistemas del apetito son complejos y variados.
Por ejemplo, algunas personas que desarrollan depresión clínica pierden el apetito y pierden peso, mientras que otros individuos con el mismo problema, aumentan su consumo de alimentos y el aumentan sustancialmente de peso. Por lo tanto, los sistemas emocionales interactúan con los sistemas de regulación de combustible (alimentos) de una manera que puede llevar, desde el consumo desmedido a no ingerir alimentos.
Todavía los científicos no han descifrado del todo, los factores que predisponen a los individuos deprimidos para ganar o perder peso.



Entender la obesidad como una adicción, ¿puede llevar a nuevos tratamientos?

Sin dudas que habrán herramientas cada vez más disponibles para ayudar a definir las causas específicas de la obesidad en un individuo determinado.
Estas herramientas probablemente incluirán, análisis de sangre, estudios genéticos, imágenes de resonancia magnética cerebrales, etc.
Una vez identificadas las causas específicas, podrían ser diseñados tratamientos más eficaces.

Algunas modalidades de tratamientos podrán ayudar a las múltiples causas de la obesidad, mientras que otros sólo serán eficaces en personas con causas específicas.
Por ejemplo, si una persona es verdaderamente adicta a ciertos alimentos, entonces los tratamientos conductuales y farmacológicos utilizados para tratar otras adicciones pueden ser útiles.
  
Del mismo modo, si la desregulación emocional está íntimamente ligada a la conducta alimentaria de una persona, las terapias conductuales específicas podrían ayudar a regular las respuestas al estrés de manera más productiva. Si ciertas proteínas que regulan la ingesta de alimentos son hiperactivas, los medicamentos podrían desarrollarse para amortiguar los efectos de esas proteínas.
Es importante destacar que la obesidad, al ser de una condición tan heterogénea, seguramente existirán muchos tipos de tratamientos.



Para finalizar…

Los sistemas sanitarios de los distintos países deben entender que la obesidad y el desarrollo de tratamientos eficaces, dependen de la investigación que abarca varias especialidades médicas, como la endocrinología, medicina de la adicción y la psiquiatría. La obesidad y la adicción son dos trastornos que perjudican gravemente la salud de las personas y la investigación es esencial si queremos mejorar los tratamientos y los resultados.
Invertir en investigación podría ahorrar muchísimo dinero en el largo plazo.


Estrés: seis cosas de debes saber


Si usted es como mucha gente, que vive a un ritmo apresurado y le gustaría estar menos estresado, le brindamos seis recomendaciones para gestionar mejor esas ansiedades y preocupaciones.
Si es de los que está constantemente buscando como reducir el estrés, seguramente estos consejos le ayudarán a cuidar mejor su salud mental y física.



1). Estrés negativo vs estrés positivo

No hay eventos que sean objetivamente estresantes. Los expertos en salud mental aseguran que el estrés es un hecho único que le puede pasar a una persona, o sea, lo que puede ser estresante para usted, quizás no lo sea para otra persona.
Los investigadores que miden los acontecimientos estresantes, dicen que incluso una experiencia que muchas personas esperan, como las vacaciones, para algunos pueden ser estresantes. La razón es que, aún para las vacaciones, se requiere algún tipo de adaptación y para mucha gente cualquier desviación de su vida normal, es suficiente para transformarse en un acontecimiento estresante.
Los individuos mayoritariamente se sienten estresados cuando creen que no tienen recursos necesarios para administrar una amenaza o desafío.
Entonces, ¿dónde está el secreto de esto? Los nuevos datos provienen de un estudio publicado por un equipo de psicólogos de la Universidad de Columbia.
En dichas investigaciones encontraron que las personas con una mentalidad de estrés positivo fueron, de hecho, más capaces de manejar la tensión inducida en el laboratorio. En un contexto de trabajo, también eran más propensos a buscar retroalimentación sobre su desempeño, que a su vez les permita crecer aún más de sus experiencias.
La moraleja de la historia es que si quieres manejar el estrés con mayor eficacia, no creer que todo el estrés es tan malo. Trate de ver el estrés con una mentalidad positiva y de hecho, tendrá más capacidad de hacerle frente.



2). ¿Qué genera el estrés?

Lo cierto es que la gente juega un papel activo en la creación de sus propios eventos estresantes, en virtud de la forma en que manejan sus situaciones de la vida cotidiana.
Un grupo de psicólogos de la Universidad de Texas realizó un estudio durante 6 meses, en el cual hizo un seguimiento a más de 600 personas.
El estudio concluyó que en las pruebas de personalidad, pasados los 6 meses, las personas que tenían altos niveles de neuroticismo eran más propensas a describir nuevos eventos negativos.
Por el contrario, las personas que tendían a mantener una actitud fría y distante con los demás (por ejemplo, trastorno de la personalidad por evitación) tuvieron menos eventos negativos en los siguientes 6 meses.
El resultado es que, al preocuparse constantemente, estar ansioso, y exagerar los acontecimientos, puede crear el caos real que afectará su vida diaria.



3). Estrés contagioso

Un estudio en el servicio de atención al cliente de una compañía de seguros rastreó los cambios de estados de ánimo de los telefonistas durante todo el día, en respuesta al contacto con los clientes.
Los empleados calificaban las emociones mostradas por los clientes junto con la forma en que se sentían después de terminar la llamada.
La investigación reveló como después de hablar con un cliente que mostró una postura negativa, los empleados estaban más estresados, eran menos productivos y además, más propensos a tomar un descanso después de dicha llamada.



4). Aprender técnicas de empatía

Psicólogos organizacionales que estudian el estrés en el lugar de trabajo, utilizan el término "trabajo emocional" para describir el costo para los trabajadores cuyo trabajo les obliga a "ser amables", independientemente de cómo se sienten. Ser amable es una parte de la mayoría de los puestos de trabajo, pero para algunos es el principal requisito. Las personas que trabajan en ocupaciones de servicio, tienen que estar constantemente en una actitud agradable para el público.

Estudios realizados la Universidad de Chicago investigaron el trabajo emocional entre los empleados de un hotel, cuyos trabajos requieren mantener una disposición agradable, incluso si no son tratados muy bien.
  
Se encontró que los trabajadores que tienden a tener un carácter alegre tenían un trabajo emocional inferior, porque era fácil para ellos ser agradable a sus clientes.
Los problemas se producen cuando las personas no tienen un carácter jovial y lozano.
El trabajo de ser agradable es emocionalmente agotador ya que los trabajadores deben dar una imagen que no es la real.
La única forma en que estos trabajadores pueden reducir su estrés, según los autores del estudio, es aprender técnicas de empatía.
Aprender estas técnicas puede ayudar a ver las cosas desde un punto de vista diferente, esto podría significar no solo un mejor desempeño laboral, sino que también, significativas mejoras en sus niveles de estrés.
Recuerde, si usted tiene una responsabilidad que implica un cierto grado de trabajo emocional, debería pensar seriamente en aprender técnicas de empatía, se asombrará lo positivo que pueden llegar a ser.



5). Cuidado con el maltrato

Mucho hemos oído hablar de los problemas de maltrato o acoso escolar, incluso ya tiene su nombre se le denomina “Bullyng”, sin embardo poco se habla del maltrato laboral en los adultos.
Diversos estudios universitarios han alertado sobre el impacto de la violencia o acoso laboral en los niveles de estrés.
El acoso laboral lleva al aislamiento social, conductas de evitación e híper excitación, entre otras.
Las víctimas pueden incluso no ser consientes, al principio, de que están siendo víctimas de maltrato. Con el tiempo, estos actos tienen a empeorar y a menudo se transforman en acciones más directas como la agresión, la humillación y el ridículo.
Si usted está estresado, quizás esté siendo víctima de maltrato laboral; en este caso, es importante reconocerlo sobre todo en las primeras etapas. De ser así, se debe buscar apoyo, ya sea un supervisor o defensor del trabajador.



6). El estrés se acumula

Un estudio de la Universidad de Estocolmo realizó un ensayo sobre los patrones de estrés y el sueño de 30 profesores.
Compararon los niveles de estrés de los profesores mediante puntajes, cada cual puntuaba cada día como su sueño había estado afectado por el estrés.
Los profesores calificaron sus días como altas o bajas en el estrés y calidad del sueño, los resultados se compararon a través de esas dos condiciones.
Las semanas que se sentían estresados, los maestros más sensibles al estrés tenían peor calidad del sueño, se sintieron más cansados y tuvieron peor comportamiento en las pruebas de la función cognitiva.
El estudio sugiere que si usted es alguien cuyo sueño se interrumpe fácilmente por el estrés, la cantidad de estrés tendrá una pesada carga sobre usted durante el día. Más estrés durante el día dará lugar a un sueño pobre por la noche y el ciclo continuará. 


Ejercicio físico: que comer antes y después


¿Deberíamos comer inmediatamente antes o después de realizar un entrenamiento?
¿Es diferente la alimentación si levantamos pesas que si salimos a correr?
Demos respuesta a estas interrogantes.



Hace unos 20 años era muy común recomendar a los corredores de resistencia, no comer absolutamente nada al menos 1 hora antes de hacer el ejercicio.
Se aseguraba que las calorías antes del esfuerzo físico, darían lugar a un rápido aumento seguido de un muy rápido descenso de azúcar en la sangre, a esto se le llama “hipoglucemia de rebote”, que llegaría en el medio de nuestra carrera o ejercicio y nos haría bajar de forma importante nuestro rendimiento.

Esta idea surgió a partir de estudios de décadas de antigüedad, que mostraban que los niveles de azúcar en la sangre y los rendimientos tendieron a disminuir, si los atletas comían o bebían alimentos o bebidas azucaradas justo antes del ejercicio.



Nuevas evidencias

Pero nuevos experimentos han demostrado que, si bien se puede producir hipoglucemia de rebote, es poco frecuente y no suele afectar al rendimiento. Como parte de una investigación, un grupo de ciclistas británicos consumieron bebidas azucaradas unos minutos antes de un entrenamiento, algunos de ellos experimentaron bajos niveles de azúcar en la sangre en los primeros 20 minutos, pero posteriormente, sus niveles de azúcar en sangre se estabilizaron y completaron el viaje sin problemas.
Otros estudios han encontrado, que el consumo de hidratos de carbono de fácil digestión en la hora antes de hacer ejercicio por lo general, permite a los atletas trabajar más tiempo.


Hidratos de carbono de fácil digestión:
  • Miel
  • Azúcar
  • Zumos de fruta
  • Frutas enteras
  • Harinas refinadas y derivados



Después del entrenamiento

Tanto corredores de largas distancias como levantadores de pesas, posteriormente al esfuerzo físico deben ingerir alimentos ricos en carbohidratos o bebidas dentro de la hora posterior a la finalización.
John Ivy, profesor de kinesiología de la Universidad de Texas y experto en nutrición deportiva opina que: 

“…la sangre de los músculos esta preparada para sorber azúcar en ese momento, ya que es necesario debido a las reservas de combustible perdido durante el esfuerzo. Si el alimento o bebida también incluyen proteínas, el engrosado del músculo se prolonga, lo que significa que puede almacenar más combustible y estar mejor preparado para el próximo entrenamiento. La proteína también ayuda en la reconstrucción de las fibras musculares desgastadas durante el esfuerzo.”

Por otra parte, se recomienda ingerir, más o menos, las mismas calorías que se han consumido durante el entrenamiento, no más.


Alimentos ideales para después de un entrenamiento:
  • Arroz integral
  • Fresas
  • Cerezas
  • Pasas de uvas
  • Miel
  • Dátiles
  • Mermeladas
  • Avena
  • Higos secos
  • Semillas de lino
  • Cacahuates
  • Plátanos
  • Semillas de girasol


Hay poca evidencia, sin embargo, de que los levantadores de pesas necesitan más proteínas que los corredores u otros atletas de resistencia después del ejercicio.
En algunos casos, son utilizados los suplementos de proteínas, pero las últimas evidencias clínicas demuestran que estos complementos extras, no son necesarios.



Leche con chocolate

En los últimos tiempos, ha ganado preferencia en los deportistas de elite, el consumo de leche chocolatada después de los entrenamientos (tanto levantadores de pesas como deportistas que realizan ejercicios aeróbicos).
En múltiples estudios recientes, deportistas que bebieron leche con chocolate dentro de la hora posterior al entrenamiento, tuvieron mayor depósito de combustible en los músculos, menos grasa corporal y una mayor respuesta fisiológica en general, que los que bebieron agua o bebidas energizantes.



Azúcar: 4 daños que ocasiona a nuestra salud mental


La mayoría de la gente sabe que comer demasiada azúcar y alimentos procesados que la contengan, ​​puede contribuir a problemas de salud física como la obesidad y la diabetes.
En cambio, se ha prestado mucha menos atención, a los efectos de una dieta alta en azúcar en la salud mental. Numerosos estudios han demostrado los efectos nocivos que los alimentos con alto contenido de azúcar pueden contribuir en una serie de problemas relacionados con la salud de nuestra mente.





Depresión

Una gran cantidad de azúcar abruptamente en el torrente sanguíneo puede acentuar los síntomas de trastornos en el estado de ánimo. Las investigaciones han vinculado el alto consumo de azúcar con un mayor riesgo de depresión y peores resultados en personas con esquizofrenia.
Hay algunas teorías que explican el vínculo, el azúcar inhibe la actividad de una hormona llamada BDNF que ya de por si es baja en personas con depresión y esquizofrenia.
El azúcar también está en la raíz de la inflamación crónica, lo que afecta el sistema inmunológico y el cerebro, por tanto, también por esta vía, puede estar implicado en la depresión.
No es casual que los países con alto consumo de azúcar también tienen altos índices de depresión.


Adicción

En el mundo científico ya nadie duda de la evidencia que indica el alto potencial adictivo que tiene el azúcar.
Tanto el azúcar como los alimentos procesados ricos en ella, inundan en cerebro con dopamina, causando una buena sensación que con el tiempo generan cambios en las funciones del cerebro.
En una investigación realizada por profesores de la Universidad de Cambridge, una simple visión de una porción de tarta de chocolate, activa en algunas personas, los mismos centros de recompensa del cerebro como lo hace la cocaína en personas adictas a esta droga.
En un estudio del año 2008, se les suministró a un grupo de ratas adictas a la cocaína, un producto muy dulce y rico en grasas saturadas durante 3 meses.
Pasados 2 meses, en pruebas de laberinto el 60% de las ratas preferían el producto dulce a la droga.
Cuando este alimento les fue retirado presentaron los mismos síntomas de abstinencia que al estupefaciente.


Ansiedad
  
La dieta estándar de la mayoría de los países occidentales está llena de azúcar.
El azúcar no necesariamente causa ansiedad, pero si empeora sus síntomas y además, afecta la capacidad del cuerpo de hacer frente al estrés.
En un estudio realizado en 2011, ratas de laboratorio que comúnmente bebían agua azucarada, cada vez que se les era retirada, la mayoría sufría episodios de agitación, lo que puede llevar a ataques de ansiedad.
Está comprobado que los cambios dietéticos por sí solos no pueden curar la ansiedad, en cambio si pueden minimizar los síntomas, aumentar la energía y mejorar la capacidad del cuerpo para hacer frente al estrés.


Aprendizaje y memoria

El azúcar también puede comprometer las capacidades cognitivas como el aprendizaje y la memoria.
En un estudio de laboratorio realizado por la Universidad de California, de seis semanas de duración,  hicieron  tomar a un grupo de ratas una solución de fructosa (similar a la soda), mientras que a otro grupo de ratas se les proporcionó una dieta nutritiva que también incluía ácidos grasos omega- 3. El resultado fue que en las pruebas de laberinto, el primer grupo, tuvo más problemas de memoria para recordar el recorrido ya que demoraron en promedio, un 30% más de tiempo que las segundas en finalizarlo.
Una dieta alta en azúcar causa resistencia a la insulina, esto a su vez daña la comunicación entre las células vinculadas al aprendizaje y formación de la memoria del cerebro.


Para terminar...

El reconocimiento de éstos y otros riesgos, parecen que, lentamente están haciendo tomar conciencia sobre el consumo de azúcar.
Por ejemplo en Estados Unidos, hace una década, las calorías diarias provenientes de los azúcares significaban el 18% de las calorías totales. Hoy esa cifra está en el 13%.
Si analizamos otros países occidentales, seguramente nos encontremos con cifras similares.

Nuestros cuerpos no están preparados para soportar la cantidad de azúcar que se ha convertido en la norma de las dietas de las últimas décadas. Por lo menos ahora estamos empezando a reconocer que la mente y el cuerpo están íntimamente conectados y ambos deben ser alimentados correctamente para lograr una salud óptima.