¿Por qué nos deprimimos?



Todos, en algún momento de nuestra vida nos hemos sentido deprimidos, ¿Quién no se ha sentido triste, abatido o melancólico en algún momento?... pero la mayoría de las veces nos sucede esto por períodos cortos.
El verdadero problema de la depresión clínica es cuándo estos períodos se vuelven prolongados, cuando no crónicos e interfieren de forma permanente en nuestra vida diaria.
¿Cuáles son las causas que provocan que estemos deprimidos? 


Síntomas de que podemos estar deprimidos

  • Estar irritados de forma continua.
  • No sentir placer en actividades habituales.
  • Falta de energía, cansancio.
  • Sentimientos de desesperanza.
  • Dejar de hacer actividades usuales.
  • Dificultad para dormir.
  • Aumento o pérdida de peso abrupta.
  • Pensamientos reiterados de suicidio o muerte.
  • Sentimientos de odio y culpa.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Movimientos lentos.


¿Qué factores causan una depresión?

Básicamente hay 4 factores por el cual podemos estar deprimidos, veámoslo uno por uno.


1.- Factor químico

Las causas de la depresión están asociadas a anormalidades en la liberación de ciertos neurotransmisores, éstos son los mensajeros químicos del cerebro y, en caso de depresión, se ven alterados los siguientes: 
  • Serotonina: Íntimamente relacionada con la emoción y el estado de ánimo.
  • Acetilcolina: Responsable de las estimulaciones musculares, y participa activamente en la programación del sueño.
  • Dopamina: Interviene en el deseo y en la sensación de placer.
  • Noradrenalina: pone en “máxima alerta” de nuestro sistema nervioso.
  • Adrenalina: la hormona que aparece cuando estamos en situaciones de riesgo.

Estos mensajeros químicos se alteran por diversas causas como: anomalías estructurales cerebrales leves, trastornos del sueño.


2.- Factor hormonal

Es muy común que en una depresión se encuentren alteradas las glándulas hipotálamo e hipófisis (están en el cerebro) y las glándulas suprarrenales, que se encuentran sobre los riñones.
Estas tres glándulas funcionan sincronizadas, de manera que la hormona segregada por el hipotálamo estimula a la hipófisis a que produzca otra hormona que a su vez estimula a las glándulas suprarrenales a producir cortisol.
En personas con  depresión se pueden observar niveles elevados de cortisol.
También es común ver que en un funcionamiento anormal de la glándula tiroides, puede derivar en un trastorno en el estado de ánimo.

En las mujeres particularmente las hormonas femeninas, los estrógenos y la progesterona, tienen un papel en la depresión. Los niveles anormales de determinadas hormonas del estrés y del crecimiento pueden también jugar un rol importante en el desencadenamiento de la depresión. 


3.-  Factor genético

Si no que existe una disposición hacia ella, la predisposición genética a la depresión no implica que se padezca.
Algunos tipos de depresión tienden a afectar miembros de la misma familia, lo cual sugeriría que se puede haber una predisposición biológica. Esto parece darse en el caso del trastorno bipolar.

Pero no todos los que tienen la predisposición genética para el trastorno bipolar lo sufren. Al parecer, hay otros factores adicionales que contribuyen a que se desencadene la enfermedad, problemas de familia, trabajo, etc.

En algunas familias la depresión aguda o severa se hace presente generación tras generación. Sin embargo, la depresión aguda también puede afectar a personas que no tienen una historia familiar de depresión.


4.- Factor social

Un estado depresivo puede ser la consecuencia de determinadas situaciones traumáticas, como el fallecimiento de un ser querido, enfermedad propia o de algún familiar, separación conyugal, o ante situaciones que provoquen un fuerte estrés.

De cualquier manera en la gestación de una depresión influyen también ciertos patrones de comportamiento como la baja autoestima,  la inseguridad o  la ansiedad de la persona.

Los trastornos de ansiedad o inseguridad, generalmente tienen su origen en la infancia, o bien por una circunstancia puntual o por un ambiente familiar en el que el individuo ha sido sobreprotegido o por el contrario ha sido privado de afecto,  o también si ha tenido que vivir acontecimientos traumáticos. 

En el factor social también se debe incluir a las drogas y el alcohol, ya que son las sustancias responsables de la mayor parte de las depresiones adictivas.